Javier Aguirre mira desde otra perspectiva la cinematografía con este grupo de películas. Él reconoce que fue ver tanto cine lo que le llevó al anti-cine. Eso y, sumo yo, su increíble capacidad para llevar la contraria. Es algo a tener en cuenta cuando se tiene la suerte de asistir a una proyección de anti-cine. Javier maltrata la filmación de 35mm (o la mima, que también podría ser); pinta, raya con destornilladores y, a la vez, aplica fórmulas matemáticas, filosóficas y políticas. Es un lector voraz y eso se nota en estas piezas. Durante décadas se ha dedicado con éxito a realizar pruebas empíricas que confirman que experimentar con la objetividad absoluta es imposible (de momento, podría apostillar perfectamente el realizador).

Las películas que se proyectan en este ciclo indagan en la música, en la poesía, en el vacío. Y en el orden y el caos. Hay que verlo para saber qué se opina al respecto. Decir también que sí, que cada título define perfectamente su pieza. No hay que darle más vueltas.

Termino con aquello que, hace muchos años, le dijo Esperanza Roy a Javier Aguirre el día que se quedó prendada del anti-cine: Javier, Uts-Cero eres tú.

Roberto Terán